Alexander
Rafael Castro Moreno
CUMANÁ
500 AÑOS: UNA HISTORIA ILUSTRADA
A
pesar de que contamos con más de 500 años de fundación de la ciudad, debida a Fray Johannes de Gars en 1515, no
poseemos una inmensa cantidad de edificios monumentales que representen el
transcurrir de esos siglos. Se nos ha dicho muchas veces, que eso se debe a los
terremotos y a la pobreza de la ciudad, pero si vemos con detalle nuestra historia,
y lo que reflejan las fuentes escritas, gráficas y las pocas de tipo
arqueológico, nos dicen todo lo contrario. Lamentablemente han desaparecido o
no han llegado a nuestras manos, y menos al público en general, muchos
testimonios sobre papel que poseían la Prof. Zenaida Varela Mago, el Bachiller
Rafael Castro Machado, don Luis José Espín, don Pedro Elías Marcano, el Dr.
José Silverio González, pero de lo poco conocido que ellos nos dejaron
relatado, podemos decir, que todo lo que ahora no se ve, no es por culpa total
de los terremotos. Del Real Monasterio de Nuestra Señora de las Aguas Santas
(San Francisco), sólo queda parte de la fachada fernandina. Sufrió con el
terremoto de 1853, la iglesia fue convertida en teatro, y hace más de un siglo
estuvo allí una fábrica de jabones, que destruyó mucho para poder acondicionar
los espacios, al final, lo que quedaba fue destruido durante unos trabajos que
al parecer, buscaban restaurar. La Capilla de la Venerable Orden Tercera
Observante, al lado de la Iglesia conventual, fue demolida hacia 1860.
La
Iglesia del Santísimo Rosario y el Convento de San Antonio de Padua de los
Padres Predicadores, fueron demolidos en la década de 1880, y no sabemos por qué,
en su lugar se encuentra ahora la Plaza Pichincha. La antigua Catedral en la
Plaza Mayor o Iglesia Nueva, comenzada a construir en 1767, estaba inconclusa
al iniciar la guerra de independencia. Fue convertida en hospital, caballerizas
del ejército, depósito de mercaderías, etc.
Hacia
1881, Guzmán Blanco la quiso transformar en un teatro, pero la división de las
naves y las bóvedas no lo permitieron, pasando muchos años en el abandono, hasta
que el Siervo de Dios, Mons. Sixto Sosa, la pidió para consagrarla como
Catedral de la nueva diócesis, lo cual logró en 1928, pero lamentablemente cayó
en el terremoto de 1929.
Donde
se encuentra ahora la Plaza Bolívar, desde 1583 fue una cuadra de viviendas, y
allí, en los extremos de la cuadra, en 1797 se construye la Casa de la Moneda y
hacia 1805 se construye el Teatro Santa Inés, que a finales del siglo XIX se
intituló Teatro José Silverio González, había casas de familia entre ambos
edificios monumentales. A principios del siglo XX, el edificio principal de la
Casa de la Moneda fue demolido y allí se construyó el Museo Sucre, que colapsó
durante el terremoto de 1929.
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Capilla de la Tercera Orden Franciscana de la Regular Observancia.
Colección Zenaida Várela Mago. |
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Casa de la Inquisición, en la Plaza San Francisco. Colección Zenaida
Varela Mago. |
Después,
todo fue arrasado y se construyó el Parque Bolívar, que fue inaugurado en 1930,
junto al Palacio de Gobierno, que a su vez, fue construido sobre las ruinas de
la Iglesia Matriz de la Purificación de Nuestra Señora, aunque usando la
solidez de su antigua construcción. En los 60, el frontón de la Gobernación y
algunos anexos fueron suprimidos, y también se desconsagró la Capilla de los
Presidentes del Estado, para convertir el espacio en oficinas. Hace unos 20
años, también fue destruido el Parque Bolívar, y desapareció esa hermosa
estampa del neoclásico republicano, bellas esculturas hechas añicos. El Palacio
de Gobierno, ahora está en ruinas, después que fue incendiado, hace unos 15
años. El ilustrado Palacio Preaux, donde vivió la familia Sucre y nació Antonio
José el 03-02-1795, al igual que muchos palacios pertenecientes a la nobleza y
a la aristocracia ilustrada cumanesa, que se unió o eran sospechosos de ser
partidarios de la causa independentista, fueron demolidos durante la guerra, especialmente
durante el gobierno de Thomás de Cires, en 1815, que por razones supuestas de
defensa, demolió casi todo el barrio aristocrático de Chiclana, y no reparó
fuerzas en demoler a cañonazos la basílica de la Divina Pastora de las Almas,
centro espiritual y orgullo de los cumaneses, que además era el centro de reuniones
e inspiración de los patriotas, que llevaban en su bandera azul rey y oro, la
imagen de la Divina Pastora. También fueron destruidas las antiguas puertas
monumentales de la ciudad: Las Tenazas de Chiclana.
El
Palacio de Sucre, en la Plaza del Mercado se libró de esa destrucción, porque
fue convertido en Cuartel del Ejército realista, a principios del siglo XX era
Cuartel de Policía y a mediados del siglo XX fue demolido para edificar allí el
Teatro Paramount, que fue transformado en el actual Teatro Luis Mariano Rivera.
La Iglesia de Nuestra Señora del Socorro de los Cerritos, fue incendiada en
1817, y no fue reparada, y en su lugar, en los años 40, se construyó el Club
Gran Mariscal, que según algunos testigos de la época, seguía el trazado de la
iglesia colonial.
Ese
Club, ha pasado por muchas eventualidades, y a pesar de que es un bello
edificio neocolonial, se encuentra en ruinas porque fue abandonado y saqueado,
y además, rodeado de escombros, que no respetan absolutamente, esa área
arqueológica. En los años 30, fue demolida la Capilla de la Cofradía de Santa
Inés, entre las calles Comercio y Sucre, que era el único testimonio del
antiguo convento de San Diego de Alcalá. Esa capilla es visible en muchas de
las fotografías panorámicas de finales del XIX y principios del XX, que se
tomaban en el Barrio Santo Domingo. En el lugar donde estuvo el convento, se
levanta una villa victoriana de principios del siglo XX y una villa republicana
neocolonial, de los años 30.
Las
fachadas balconadas de las casonas y palacios de las calles San Carlos y el
Alacrán, que daban al río,fueron demolidos para construir la Av. Aristiguietta.
Pasando
al otro lado del río, se encontraba el antiguo Barrio de la Margariteña, del
pueblo de Altagracia, más de la mitad de él, fue demolido para realizar el
Parque Guayquerí. Del Cabildo Viejo en la Calle El Carmen, durante el terremoto
de 1929, cayó el piso alto.
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Teatro Santa Inés. Colección Zenaida Varea Mago. |
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Palacio Preaux de Sucre, en la Plaza de Armas del Castillo Santa María
de la Cabeza. Colección Zenaida Varela Mago. |
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Iglesia Waykerí de Nuestra Señora del Socorro de los Cerritos. Colección
Zenaida Varela Mago. |
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Cabildo Viejo en la Calle del Carmen, en la antigua Plaza Mayor.
Colección Zenaida Varela Mago.
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En
esas demoliciones, cayó el Palacio nuevo de los Sucre, entre las calles de la
Marina (Bermúdez) y del Baño de la Gobernadora (Mariño). La calle La Marina
presentaba en el pasado, una buena serie de bellas fachadas rococó,
neoclásicas, victorianas y art nouveau, las cuales han sido destruidas para dar
cabida a locales comerciales. Alrededor de 1960, fue demolida en la Calle La
Marina, la Iglesia de la Santísima Trinidad, construida por Emparan, y que sirvió
como la Parroquial de Altagracia. Es de notar, que el hermoso Palacete
neoclásico que perteneció al General José Francisco Bermúdez, en esa calle, fue
demolida en 2002, y también, lo que quedaba de la Ermita de la Cofradía de
Altagracia; la misma suerte padeció el Palacio Bermúdez, en la calle San Carlos,
para dar espacio a una plaza. La Iglesia de Nuestra Señora de Altagracia,
después de 1853, nunca fue restaurada y luego fue demolida, al igual que la Capilla
de la Cruz del Perdón, en la misma Plaza de los Leales y Nobles Waykeríes. En
la Plaza San Francisco (Ribero), los palacios vecinos al también desaparecido Palacio
de las Conchas, fueron demolidos para hacer un enlace vial. Entre el Palacio de
las Conchas y el Monasterio de las Aguas Santas (convento San Francisco),
estaba la única sede de la Inquisición de Venezuela, que tenía una hermosa fachada
barroca, la cual fue demolida en 1987.
En
años recientes, se vienen destruyendo las casas del Barrio San Francisco, y han
dado con el tino, de que han demolido las más notables en estilo.
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1.
Iglesia de la Santísima Trinidad Altagracia, 1800, Calle
La Marina. Colección Zenaida
Varela Mago.
2.
Iglesia de Nuestra Señora de Altagracia de los
Nobles y Leales Waykeríes. Colección
Zenaida Varela Mago.
3.
Palacio de Las Conchas en la Plaza San Francisco.
Colección Zenaida Varela
Mago.
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La
Real Aduana en la Plaza del Mercado, desapareció en el siglo XIX, el bello
edificio porticado con una larga arquería del Mercado, fue demolido en 1945, cuando
fue inaugurado el nuevo que se construyó para conmemorar los 150 aniversarios
del nacimiento de Sucre, y que actualmente está en ruinas, después de que lo
quisieron derribar con cargas explosivas.
El
Teatro Viejo de la Ópera, el Cuartel de Veteranos de infantería, El Hospital
Militar y varias casas de familia, fueron demolidos en 1885, para levantar allí
el Parque Ayacucho.
En
esa calle, que llamaban Emparan, había varios palacios de personas importantes
de la ciudad, especialmente el de Alí Gómez, que era un centro de cultura para
la ciudadanía, al lado de éste estaba el enorme edificio del antiguo Hospital
de Caridad y la plaza de la Paz del Toporo, que al fondo había tenido la
Capilla de la Nuestra Señora de la Paz.
Todas
esas edificaciones de ese sector, fueron destruidas, para hacer la avenida
Humboldt, construir la extensión del Parque Ayacucho y el nuevo edificio del
Cabildo, hoy Museo Gran Mariscal. El Teatro de la Paz, en estado ruinoso, ahora
se encuentra a punto de colapsar.
Al
inaugurar el Hospital nuevo en la Calle Larga (Av. Bermúdez), fue demolido el
antiguo.
El
hermoso edificio victoriano de la Aduana del barrio de Puerto España (Puerto
Sucre), desapareció al construirse los actuales edificios administrativos del puerto.
La
neogótica Iglesia de la Purísima Concepción, en ese mismo barrio, sufrió mucho
con el terremoto de 1929, y durante el Gobierno de Marcos Pérez Jiménez, se demolió
todo y se construyó la Iglesia Virgen del Valle. Con la misma suerte corrió
otra iglesia neogótica en los años 60, la Santa Cruz de Guaranache de Pueblo Nuevo,
para dar paso a la inconclusa iglesia de Santa Rosa de Lima.
Fachada
neogótica tenía también, la colonial Capilla de San Antonio de Padua en el
Cerro de la Línea, tan querida por el Gran Mariscal, la cual fue destruida hacia
1975, para construir una vivienda particular.
La
neoclásica Iglesia republicana de Nuestra Señora del Socorro de Caigüire, de
grandes contrafuerte, que había sido dañada en 1929, y luego reparada, fue demolida
en la década de 1950, para construir la actual Iglesia Santa Ana. Igualmente
sucedió con la Iglesia del Salado, intitulada Santa Cruz, antes Altagracia, de delicados
volúmenes rococó, que fue sustituida en 1945, por la actual de líneas
nacionalistas.
Entre
finales de los años cincuenta y principios de los sesenta, fueron demolidas las
fachadas de la Catedral y Santa Inés, para hacer nuevas fachadas.
La
Villa victoriana que tenían los Berrizbeitia a orillas del río, también fue
demolida hace pocos años, para hacer un estacionamiento. Una imponente residencia
del siglo XVII, en calle Cantaura, ha tenido el mismo fin. El monumental
Hospital de San Lázaro, fue demolido después del terremoto de 1929. Ese terremoto
sirvió para alimentar el comercio de obras de artes y elementos
arquitectónicos, entre el puerto de Cumaná y algunos puertos de Estados Unidos,
que gustosamente los compraban para embellecer sus nuevas ricas residencias. Se
dio el caso, de que se expresara que una vivienda había colapsado totalmente,
sin ser verdad, para recibir ante esta tragedia, los beneficios del gobierno de
Gómez, eliminándose toda decoración externa que llevase a entender que el
edificio era antiguo.
Actualmente,
estudiamos los restos y trazas de esos elementos faltantes que fueron
arrasados, especialmente los portales y parapetos. Las antiguas murallas que
rodeaban la ciudad, fueron derribadas durante los diferentes conflictos
bélicos, independentistas o republicanos, pero lo que quedaba, lo ha terminado
de destruir el urbanismo de los últimos años.
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1. El
Mercado Antiguo en la Plaza del mismo nombre. Colección Luis José Espín.
2.
Hospital de Nuestra Señora de la
caridad, Plaza de la Paz del Toporo. Colección
Zenaida Varela Mago.
3.
Teatro de la Paz del Toporo, Portal Principal. Colección Zenaida Varela Mago.
4.
Arco de la Restauración en la Plaza del Mercado. Foto Avril.
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5.
Inauguración de la Catedral nueva de la
Purificación de Nuestra Señora, 03-02-1945.
Colección Luis José Espín.
6.
Palacio de la Moneda, en la Plaza de Santo Domingo.
Colección Zenaida Varela
Mago.
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Ermita
de Santa Catalina de Siena. Colección Zenaida Varela Mago.
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Calle
La Marina Larga Comercio (Av. Bermúdez)
e Iglesia de la Trinidad Altagracia.
Foto Avril.
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Arco de la Colonia Árabe, entre el Puente y la Av. Bermúdez. Foto Avri. |
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1.
Colegio de la Consolación después
del terremoto de 1929. Colección Luis José
Espín.
2.
Palacio Federal de Gobierno. Colección Luis José Espín.
3.
Ermita de Nuestra Señora de Altagracia, Calle La Marina.
Colección Zenaida Varela
Mago.
4. Templo Masónico y Logia. Colección Zenaida Varela Mago.
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5.
Plaza Bolívar en 1931. Colección Luis José Espín.
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Con
respecto a las fortalezas, el edificio de servicios que se encontraba sobre el
Castillo San Antonio, fue demolido en 1903, y en su lugar se construyó un
pequeño cuartel de estilo victoriano, el cual se desplomó en el terremoto de
1929.
El
Cuartel de la Guarnición de Cumaná, se construyó al lado del Castillo a
principios del siglo XX, en estilo victoriano, el cual no cayó durante el
terremoto, pero fue demolido después que fue inaugurado el nuevo Cuartel en la
Av. Arismendi, en 1945.
El
edificio residencial del Castillo Santa María de la Cabeza, fue cubierto con
tierra a principios de 1900, se aplanó la superficie, se sembró un jardín
abalaustrado y en él, don Santos Berrizbeitia construyó una nueva Ermita del
Carmen, octogonal de estilo Luis Felipe, en conmemoración de la que ya no
existía en la Calle de la Ermita. Esa ermita fue destruida por el terremoto de
1929 y fue edificada la actual, de estilo neogótico. El Castillo de San Carlos
Borromeo y las ruinas Batería de la Boca, fueron demolidos en la década de
1940, cuando se amplió el puerto pesquero y se construyó el puerto para los
ferris.
La
Batería de La Candelaria, la Capilla del Calvario de la Santa Reliquia y la
Capilla de San José, fueron demolidas para construir allí el antiguo Colegio San
José, que actualmente también se encuentra amenazando ruinas. Vecino a este
colegio, estaba el edificio del antiguo Real Seminario Conciliar Santa Inés, el
cual fue demolido en 1980, para construir el nuevo seminario.
Lo
mismo se hizo con la antigua Casa de la Cofradía del Carmen, que había sobrevivido
a su ermita, que fue demolida para construir el actual Colegio de las Hermanas
Carmelitas Venezolanas, tomando también, el espacio donde funcionó el Colegio
de la Consolación, que cayó en 1929.
Detrás
de estos, en la Calle La Ermita, estaban el Real Hospicio de la Purísima
Concepción de la Observancia, que sirvió de hospital auxiliar durante la
guerra, después que fueron expulsados los franciscanos observantes, luego cayó
en el abandono y demolido a finales del siglo XIX.
La
Ermita del Carmen, donde fue bautizado Antonio José de Sucre, también
desapareció bajo el poder de la mandarria. El Templo Masónico, fue demolido alrededor
de 1938.
El
Fuerte de San Fernando Rey, actualmente sirve de cimentación de varias casas en
el Barrio Chiclana, lo mismo sucede con el Castillo de las Aguas Santas, en el
Barrio El Mirador, y con el Baluarte de la Flechilla, en el Barrio Mundo Nuevo.
Los
fuertes de San Justo y San Julián, en el cerro de la Línea, también están
ocultos debajo de las viviendas. El Fortín de Cerro Colorado, fue demolido para
construir el Edificio de Ciencias de la Universidad de Oriente. Las baterías de
San Luis Rey, fueron destruidas por el urbanismo o están sepultadas.
El
hospital republicano, en la Calle la Marina, también fue demolido para construir
en su lugar un centro comercial. Varias residencias republicanas, algunas de
estilo victoriano, art nouveau, neogótico o art decó, ya han sido demolidas en
todo el Centro Histórico y fuera de éste, ya que, la demarcación oficial de
éste, deja por fuera una gran cantidad de edificaciones patrimoniales.
En
2014, fueron demolidos los restos de la Capilla de Santa Rosa de Lima de
Chiclana, para construir un negocio comercial.