El
turismo de masa o turismo masivo, como se le denomina comúnmente, tiene sus
inicios a fines del siglo XIX en las regiones industriales de Gran Bretaña,
sobre todo en el condado de Lancashire, al oeste de Inglaterra, donde como
consecuencia de la racionalización del trabajo y de la idea de que salir de
vacaciones era bueno para las personas, ya que les permitía restaurar fuerzas,
el hábito de tomar vacaciones en la costa marítima adquirió un gran desarrollo.
Poblados enteros se iban de vacaciones y éstas se constituyeron, según Lash y
Urry (1998), en “un indicador de la ciudadanía, un derecho a la relajación y el
placer”.
Blackpool,
situada en la costa del Mar de Irlanda, se especializó en recibir turismo
masivo de obreros, se fue posicionando como destino vacacional y para la década
de 1930 recibía ya 7 millones de visitantes al año, siendo el lugar de recreo
más importante de Gran Bretaña y, probablemente, del mundo, cantidad de
visitantes que aun hoy, en pleno siglo XXI, muy pocos centros turísticos de playa
han podido alcanzar.
Sin
embargo, de acuerdo con los historiadores, el comienzo del turismo de masa
organizado se produce en realidad con el inicio de las operaciones de Thomas
Cook en 1841, año que es señalado también como el inicio de la modernidad como
fenómeno sociológico-geográfico, una de cuyas características son precisamente
los cambios producidos en la modalidad de los viajes y el turismo.
Cook
introdujo una serie de innovaciones que transformaron los viajes y los
convirtieron en una de las actividades más organizadas y racionalizadas de la
sociedad. Al respecto, Brendon (1991) menciona que Cook generó “un movimiento
de masas de seres humanos que empequeñece las grandes migraciones del pasado y
da sustento a la industria más grande del mundo”. Las innovaciones introducidas
por Cook contribuyeron al desarrollo, a principios del siglo XX, de lo que se
ha denominado “turismo organizado”, que no es más que el turismo masivo, pero
ya organizado y manejado profesionalmente.
No
es sino hasta la década de los años cincuenta, con la aparición de los aviones
jet y la introducción del marketing en la comercialización del turismo, que se
producen cambios significativos en el turismo organizado, y éste adopta la
forma de “paquetes vacacionales con todo incluido”, en especial en vuelos
charter, conocidos como inclusive tour (IT), modalidad que caracteriza hasta el
día de hoy al turismo masivo contemporáneo.
Mucho
se habla de los efectos negativos que tiene el turismo masivo sobre el medio
ambiente, las poblaciones locales y su cultura. Pero muy poco se dice de por
qué este tipo de turismo sigue gozando de la preferencia de amplios sectores de
la población para sus viajes vacacionales. Es evidente que deben existir
algunas ventajas.
En
efecto, el turismo organizado y manejado profesionalmente tiene una serie de
ventajas que le han permitido tener, y seguir teniendo, gran aceptación por
parte de los turistas. Veamos algunas de estas ventajas.
Primera. El
turismo masivo organizado “democratizó” al turismo. Antes de que éste existiera
el turismo era privilegio de las clases más altas de la sociedad. El turismo
organizado hizo posible que personas de las distintas clases sociales pudieran
tener acceso a los viajes vacacionales, de acuerdo con sus propias posibilidades
económicas, en cualquier época del año.
Segunda.
Facilitó las decisiones de viajar al ofrecer paquetes vacacionales totalmente
organizados, reduciendo así el riesgo percibido en la compra de los servicios.
Las personas saben de antemano la categoría de los hoteles y el tipo de
servicio que recibirán en el lugar escogido de vacaciones.
Tercera.
Permitió que las personas pudieran conocer el costo total de sus vacaciones
antes de iniciar el viaje, eliminando con ello la incertidumbre que caracteriza
a los viajes independientes y, por tanto, la tensión que genera en el turista
esa preocupación.
Cuarta.
Prácticamente eliminó las barreras de los idiomas, al contar los turistas con
guías especializados en su propio idioma durante los tours, y con la asistencia
prácticamente las 24 horas del día del personal de las empresas receptoras en
los destinos turísticos, quienes las asesoran y resuelven los posibles
problemas que pueden surgir en los viajes, lo que otorga al turista una gran
seguridad durante sus vacaciones.
Quinta. El
hecho de que la convivencia con otras personas durante los viajes vacacionales
organizados facilita el contacto social y crea lazos de amistad entre los
participantes que se extienden más allá del viaje, lo cual difícilmente se
puede lograr en los viajes independientes.
Como
se ha podido observar, el turismo organizado tiene ventajas indiscutibles para
el turista, por lo que todo indica que seguirá contando con la preferencia de
la gran mayoría de personas que buscan disfrutar de sus vacaciones, sin
problemas relacionados con los arreglos del viaje, seguridad y a un costo
acorde con sus posibilidades económicas.
Los
efectos negativos que pueda tener el turismo masivo organizado, no pueden ser
atribuidos al turismo ni a los turistas, sino a las políticas “desarrollistas”
encaradas por los países para obtener sólo beneficios económicos, sin
considerar los efectos sociales y culturales relacionados con este tipo de
políticas, ni los posibles impactos ambientales resultado de la destrucción de
los ecosistemas y el uso descontrolado de los recursos naturales.
Muy interesante a mi me llama mucho la atención el turismo cultural, que di en esta web https://1cursos.com/f-curso-de-master-de-turismo-cultural quiero de verdad empezar en ello ya que siento que es lo mio.
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