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sábado, 3 de junio de 2017

Realidades del sector Turismo en Venezuela


El turismo es considerado un sector con grandes posibilidades para generar desarrollo, es decir, riqueza, bienestar y empleo. Ha llegado a convertirse en la principal actividad económica del mundo. Es una de las actividades más afectadas por la globalización: el acceso a la información a velocidades impresionantes y, por en ende a los mercados, modifica los patrones de comportamientos de los potenciales turistas, dado que no solo se compite en costos, sino también en calidad, en la relación precio-valor y, porque no decirlo, se compite en presencia en los mercados internacionales. El turista exige un servicio de calidad, respuestas oportunas, condiciones de seguridad que el destino turístico debe proporcionarle. También la globalización a impuesto estándares de calidad y de responsabilidad social y el turismo no escapa a estos, es por ello uno de los sectores más impactados. Ya no basta con atractivos naturales o factores heredados para competir, debemos seleccionar un segmento específico y especializarnos en él para vender en los mercados mundializados.

Venezuela debe asumir el reto y aprovechar las oportunidades. Estas oportunidades están centradas en sus bellezas naturales, en la diversidad geográfica que le brinda la plataforma para el desarrollo del turismo de aventura, el turismo rural, el turismo ecológico, el agroturismo, el turismo científico.

Los beneficios del turismo son conocidos; en un país como Venezuela, afectado por altas tasas de desempleo y de pobreza, crearía más empleo y mejor remunerados, porque el turismo requiere recursos humanos especializados. El turismo puede llegar a convertirse en un sector económico de importancia para Venezuela que, unido al petróleo, proporcionaría mejor calidad de vida a la población.

Ahora bien, la globalización nos obliga a ser competitivos y a estudiar alternativas para el desarrollo local, regional y nacional del turismo, de allí que las ventajas comparativas y competitivas deben ser punto de partida de cualquier programa, plan o proyecto de desarrollo.

El Turismo en Venezuela

En Venezuela la actividad turística no ha ocupado un lugar de importancia como instrumento para el desarrollo económico, ha sido un país emisor y no receptor, con escasa tradición como destino turístico, a pesar de contar con un perfil turístico que la coloca como un país dotado de atracciones naturales y culturales. La actividad turística ha sido considerada en los diferentes Planes de la Nación como una prioridad. Pero no ha pasado de intentos puesto que no se le ha dado la connotación requerida para competir con destinos turísticos con tradición; a estas declaraciones no se les ha acompañado de definición de una visión, estrategias, programas y planes de acción como bases para el desarrollo de una actividad turística sostenible.

El turismo interno siempre ha tenido preferencias por destinos turísticos de larga tradición como Mérida en el Estado Mérida, y la Isla de Margarita en el Estado Nueva Esparta. El turismo internacional se ha inclinado por Canaima, la Gran Sabana ubicada en el sureste del país y el Archipiélago de Los Roques.

Venezuela cuenta con recursos turísticos creados y heredados, de gran utilidad como impulso para su desarrollo como destino turístico, siempre que cuente con la participación de los sectores privado y público. Igualmente ha acumulado una experiencia muy interesante en cuanto a gestión, operación, información y publicidad/marketing la cual le ha sido de gran utilidad.

Según las estadísticas de Corpoturismo (2002) en el año 2001 llegaron 584.399 turistas y el turismo emisivo reportó la salida de 933.000 viajeros lo cual revela la característica de tener Venezuela tradición de país emisor por excelencia. La balanza de pagos turística normalmente ha tenido comportamiento negativo. El turista venezolano ha gastado en promedio tres veces más por viaje en comparación con los turistas extranjeros que visitan Venezuela, en consecuencia para equilibrar la balanza de pagos turística los turistas extranjeros tendrían que triplicar a los nacionales.

Los principales mercados de origen para Venezuela según estadísticas de Ministerio de Relaciones Interiores y de Justicia, año 2001 son:

Países Visitantes
Estados Unidos 121.135
Alemania 67.168
Holanda 56.341
Italia 37.421
Canadá 32.982
Reino Unido 32.299
Argentina 27.396
Francia 24.792
España 20.060

Del total de 584.399 turistas extranjeros llegados a Venezuela el 51% corresponden a viajes de negocio. El 72% viajaron solos; el 32% permaneció de una a tres noches. En este total no se incluyen los pasajeros de crucero que ascendieron a 207.253 visitantes (Corpoturismo, 2002).

El turismo interno es el que ha marcado la pauta en Venezuela, aunque no se tienen estadísticas precisas al respecto. Las mayores movilizaciones se dan en Carnaval, Semana Santa y navidad. En las vacaciones escolares la movilización se realiza a lo largo de la temporada, desde julio hasta septiembre inclusive. Un número importante poseen segundas viviendas o pernoctan en casa de familiares o amigos por lo que se considera una minoría la que hace uso de hoteles o posadas. Los destinos turísticos más frecuentados son los de playa y montaña. Las fiestas religiosas y ferias también constituyen atractivos turísticos para la demanda interna aún cuando son de pocos días.

Para el 2001, según cifras de Corpoturismo, Venezuela contaba con 2.456 establecimientos de alojamiento turístico, para un total de 78.212 habitaciones y 169.910 camas. Se estima que de este total, 1.471 son establecimientos no clasificados, 464 categorizados y 521 establecimientos corresponde a posadas, campamentos, hatos, estancias, moteles, hoteles residencias, pensiones, hospedajes y cabañas. El crecimiento hotelero ha sido considerado lento en parte a la incertidumbre en la demanda y a las condiciones de financiamiento.

La categorización de hoteles no siempre se corresponde con los parámetros internacionales. En cuanto a servicios de restauración los establecimientos de comida se han incrementado, particularmente los de comida rápida y se ha desarrollado un número importante bajo la modalidad de franquicias. Estos servicios se han concentrado en los destinos más demandados como Mérida, Margarita. Muchos de estos establecimientos han surgido sin una planificación turística que considerara las ventajas competitivas.

Nuestras conclusiones…

Hasta los años 80 en Venezuela no se había considerado el turismo como actividad para la generación de divisas. El petróleo, como centro de la economía garantizaba las divisas requeridas por el país y algo más. Es a partir de la crisis de los 80 cuando comienza a perfilarse como una segunda opción y se comienza a incluir en los planes de la nación. Sin embargo, la distancia entre lo decretado y la práctica se ha hecho evidente, ni el sector público ni el sector privado han unido esfuerzos para hacer del turismo una actividad de primer orden. El turismo en Venezuela está llamado a ocupar un lugar importante en la economía del país y a convertirse en una alternativa para la diversificación de la estructura productiva reduciendo la dependencia de uno o pocos productos, pero además turismo significa nuevos empleos, particularmente en sectores con problemas de desempleo como los jóvenes y las mujeres, reducción de la pobreza promedio al aumentar los ingresos, una vía de comunicación entre las comunidades, rescate y preservación de los valores autóctonos.

El sector privado es el principal oferente de los servicios turísticos, pero es indispensable que trabaje conjuntamente con el Estado. El Estado es uno de los motores que puede impulsar el desarrollo del turismo, para ello es necesario: generar políticas de estado para una actividad turística competitiva, diseñar un marco legal fuerte y consistente, modernizar la estructura orgánica y funcional de los entes responsables de la actividad turística e impulsar la modernización y descentralización, y promover la oferta turística regional. Se debe normalizar la sostenibilidad de la actividad turística del país y posicionar Venezuela en el mercado internacional como uno de los mejores destinos turísticos.

Es necesario estimular las inversiones nacionales y extranjeras directas para la actividad turística proporcionando un marco institucional confiable y seguridad jurídica. Además debe promover el desarrollo de una cultura turística, la conservación y el uso adecuado de recursos naturales y culturales e impulsar el mejoramiento de la calidad de los productos y servicios turísticos. Unido a lo planteado se hace imperante un sistema de información turística para permitir la competitividad con otros destinos, impulsando el desarrollo de tecnologías para la comunicación para la información de ofertas, atracciones, precios, etc., hacer posible las reservaciones desde el lugar de origen y algo primordial: un ambiente de seguridad personal para el viajero y confianza en que llegara a tiempo a su destino con comodidad.

Ahora bien para competir en el ámbito turístico, un destino no sólo deber tener ventajas comparativas, también se requiere de ventajas competitivas, es decir, no sólo es necesario contar con recursos creados, sino que es necesario una gestión eficiente tanto a medio como a largo plazo. En este sentido, los aspectos de mayor relevancia a considerar para el desarrollo de los destinos turísticos competitivos en el ámbito internacional, se refieren al posicionamiento en términos de imagen, calidad de la oferta en consideración a experiencias únicas, las cuales pueden ser presentadas a través de diferentes alternativas, sustentadas en estrategias de precios, donde una consideración importante sea la relación precio – valor (Alcántara y Longa, 2003)

Adicionalmente, dado que se ha venido posicionando por sus atractivos naturales, un turismo a explotar es el de naturaleza (Agroturismo, ecoturismo, rural) y el de aventura, por esta razón debe encaminarse a la consolidación competitiva de estos nichos, bajo parámetros de sustentabilidad.

En la búsqueda de estrategias competitivas para el sector turismo surgen los clusters como alternativa para el desarrollo regional.

En conclusión para lanzar a Venezuela como un destino turístico competitivo, se debe valorar integralmente las oportunidades, las fortalezas las debilidades ciertas, incluyendo la posibilidad para desarrollar las empresas de soporte o relacionadas, generando un espacio geográfico atractivo a empresas de soporte reconocidas internacionalmente. Los modelos planteados pueden ser de gran ayuda para la evaluación de la competitividad desde la óptica cualitativa, pero es necesario apoyarse en métodos de evaluación cuantitativa.

Venezuela cuenta con fortalezas para incentivar el turismo regional, entre ellos la cercanía de los destinos, disminución de los costos de viaje, tratados de cooperación entre los gobiernos, la posibilidad de establecer alianzas estratégicas, alternativa de unificar criterios que faciliten las entradas a los países y la oportunidad de crear rutas turísticas de interés común entre países.

Venezuela deben realizar un esfuerzo hacia la competitividad en el sector turismo, dadas sus potencialidades el logro una responsabilidad compartida por todos los integrantes del sistema turístico. Finalizamos con Briceño Fortique (2000): “Para hacer turismo hay que soñar, hay que figurarse los destinos. Pues soñemos lo que queremos para que ese destino que tenemos por delante, Venezuela, responda a todas las cuestiones e incertidumbres que depara el futuro….Utilizaremos el presente como la plataforma de lanzamiento de la nave del futuro. Así, este es un proyecto de futuro, y sin querer sustituir a la Florencia de Leonardo ni a la Nantes de Julio Verne hemos querido imaginarnos el futuro y dibujarlo”.


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