El
turismo es considerado un sector con grandes posibilidades para generar
desarrollo, es decir, riqueza, bienestar y empleo. Ha llegado a convertirse en
la principal actividad económica del mundo. Es una de las actividades más
afectadas por la globalización: el acceso a la información a velocidades
impresionantes y, por en ende a los mercados, modifica los patrones de
comportamientos de los potenciales turistas, dado que no solo se compite en
costos, sino también en calidad, en la relación precio-valor y, porque no
decirlo, se compite en presencia en los mercados internacionales. El turista
exige un servicio de calidad, respuestas oportunas, condiciones de seguridad
que el destino turístico debe proporcionarle. También la globalización a
impuesto estándares de calidad y de responsabilidad social y el turismo no
escapa a estos, es por ello uno de los sectores más impactados. Ya no basta con
atractivos naturales o factores heredados para competir, debemos seleccionar un
segmento específico y especializarnos en él para vender en los mercados
mundializados.
Venezuela
debe asumir el reto y aprovechar las oportunidades. Estas oportunidades están
centradas en sus bellezas naturales, en la diversidad geográfica que le brinda
la plataforma para el desarrollo del turismo de aventura, el turismo rural, el
turismo ecológico, el agroturismo, el turismo científico.
Los
beneficios del turismo son conocidos; en un país como Venezuela, afectado por
altas tasas de desempleo y de pobreza, crearía más empleo y mejor remunerados,
porque el turismo requiere recursos humanos especializados. El turismo puede
llegar a convertirse en un sector económico de importancia para Venezuela que,
unido al petróleo, proporcionaría mejor calidad de vida a la población.
Ahora
bien, la globalización nos obliga a ser competitivos y a estudiar alternativas
para el desarrollo local, regional y nacional del turismo, de allí que las
ventajas comparativas y competitivas deben ser punto de partida de cualquier
programa, plan o proyecto de desarrollo.
En Venezuela la actividad turística no ha ocupado un
lugar de importancia como instrumento para el desarrollo económico, ha sido un
país emisor y no receptor, con escasa tradición como destino turístico, a pesar
de contar con un perfil turístico que la coloca como un país dotado de
atracciones naturales y culturales. La actividad turística ha sido considerada
en los diferentes Planes de la Nación como una prioridad. Pero no ha pasado de
intentos puesto que no se le ha dado la connotación requerida para competir con
destinos turísticos con tradición; a estas declaraciones no se les ha
acompañado de definición de una visión, estrategias, programas y planes de
acción como bases para el desarrollo de una actividad turística sostenible.
El turismo interno siempre ha tenido preferencias por
destinos turísticos de larga tradición como Mérida en el Estado Mérida, y la Isla
de Margarita en el Estado Nueva Esparta. El turismo internacional se ha
inclinado por Canaima, la Gran Sabana ubicada en el sureste del país y el Archipiélago
de Los Roques.
Venezuela cuenta con recursos turísticos creados y
heredados, de gran utilidad como impulso para su desarrollo como destino
turístico, siempre que cuente con la participación de los sectores privado y
público. Igualmente ha acumulado una experiencia muy interesante en cuanto a
gestión, operación, información y publicidad/marketing la cual le ha sido de
gran utilidad.
Según las estadísticas de Corpoturismo (2002) en el año 2001 llegaron 584.399 turistas y el
turismo emisivo reportó la salida de 933.000 viajeros lo cual revela la
característica de tener Venezuela tradición de país emisor por excelencia. La
balanza de pagos turística normalmente ha tenido comportamiento negativo. El
turista venezolano ha gastado en promedio tres veces más por viaje en
comparación con los turistas extranjeros que visitan Venezuela, en consecuencia
para equilibrar la balanza de pagos turística los turistas extranjeros tendrían
que triplicar a los nacionales.
Los principales mercados de origen para Venezuela según
estadísticas de Ministerio de Relaciones Interiores y de Justicia, año 2001
son:
Países
Visitantes
Estados Unidos 121.135
Alemania 67.168
Holanda 56.341
Italia 37.421
Canadá 32.982
Reino Unido 32.299
Argentina 27.396
Francia 24.792
España 20.060
Del total de 584.399 turistas extranjeros llegados
a Venezuela el 51% corresponden a viajes de negocio. El 72% viajaron solos; el
32% permaneció de una a tres noches. En este total no se incluyen los pasajeros
de crucero que ascendieron a 207.253 visitantes (Corpoturismo, 2002).
El turismo interno es el que ha marcado la pauta en
Venezuela, aunque no se tienen estadísticas precisas al respecto. Las mayores
movilizaciones se dan en Carnaval, Semana Santa y navidad. En las vacaciones
escolares la movilización se realiza a lo largo de la temporada, desde julio
hasta septiembre inclusive. Un número importante poseen segundas viviendas o
pernoctan en casa de familiares o amigos por lo que se considera una minoría la
que hace uso de hoteles o posadas. Los destinos turísticos más frecuentados son
los de playa y montaña. Las fiestas religiosas y ferias también constituyen
atractivos turísticos para la demanda interna aún cuando son de pocos días.
Para el 2001, según cifras de Corpoturismo, Venezuela contaba con 2.456 establecimientos de alojamiento
turístico, para un total de 78.212 habitaciones y 169.910 camas. Se estima que
de este total, 1.471 son establecimientos no clasificados, 464 categorizados y
521 establecimientos corresponde a posadas, campamentos, hatos, estancias,
moteles, hoteles residencias, pensiones, hospedajes y cabañas. El crecimiento
hotelero ha sido considerado lento en parte a la incertidumbre en la demanda y
a las condiciones de financiamiento.
La categorización de hoteles no siempre se corresponde
con los parámetros internacionales. En cuanto a servicios de restauración los establecimientos
de comida se han incrementado, particularmente los de comida rápida y se ha desarrollado
un número importante bajo la modalidad de franquicias. Estos servicios se han
concentrado en los destinos más demandados como Mérida, Margarita. Muchos de
estos establecimientos han surgido sin una planificación turística que
considerara las ventajas competitivas.
Nuestras conclusiones…
Hasta los años 80 en Venezuela no se había considerado el
turismo como actividad para la generación de divisas. El petróleo, como centro
de la economía garantizaba las divisas requeridas por el país y algo más. Es a
partir de la crisis de los 80 cuando comienza a perfilarse como una segunda opción
y se comienza a incluir en los planes de la nación. Sin embargo, la distancia
entre lo decretado y la práctica se ha hecho evidente, ni el sector público ni
el sector privado han unido esfuerzos para hacer del turismo una actividad de
primer orden. El turismo en Venezuela está llamado a ocupar un lugar importante
en la economía del país y a convertirse en una alternativa para la
diversificación de la estructura productiva reduciendo la dependencia de uno o
pocos productos, pero además turismo significa nuevos empleos, particularmente
en sectores con problemas de desempleo como los jóvenes y las mujeres,
reducción de la pobreza promedio al aumentar los ingresos, una vía de comunicación
entre las comunidades, rescate y preservación de los valores autóctonos.
El sector privado es el principal oferente de los
servicios turísticos, pero es indispensable que trabaje conjuntamente con el
Estado. El Estado es uno de los motores que puede impulsar el desarrollo del
turismo, para ello es necesario: generar políticas de estado para una actividad
turística competitiva, diseñar un marco legal fuerte y consistente, modernizar
la estructura orgánica y funcional de los entes responsables de la actividad
turística e impulsar la modernización y descentralización, y promover la oferta
turística regional. Se debe normalizar la sostenibilidad de la actividad turística
del país y posicionar Venezuela en el mercado internacional como uno de los
mejores destinos turísticos.
Es necesario estimular las inversiones nacionales y
extranjeras directas para la actividad turística proporcionando un marco
institucional confiable y seguridad jurídica. Además debe promover el
desarrollo de una cultura turística, la conservación y el uso adecuado de
recursos naturales y culturales e impulsar el mejoramiento de la calidad de los
productos y servicios turísticos. Unido a lo planteado se hace imperante un sistema
de información turística para permitir la competitividad con otros destinos,
impulsando el desarrollo de tecnologías para la comunicación para la
información de ofertas, atracciones, precios, etc., hacer posible las
reservaciones desde el lugar de origen y algo primordial: un ambiente de seguridad
personal para el viajero y confianza en que llegara a tiempo a su destino con
comodidad.
Ahora bien para competir en el ámbito turístico, un
destino no sólo deber tener ventajas comparativas, también se requiere de
ventajas competitivas, es decir, no sólo es necesario contar con recursos creados,
sino que es necesario una gestión eficiente tanto a medio como a largo plazo. En
este sentido, los aspectos de mayor relevancia a considerar para el desarrollo
de los destinos turísticos competitivos en el ámbito internacional, se refieren
al posicionamiento en términos de imagen, calidad de la oferta en consideración
a experiencias únicas, las cuales pueden ser presentadas a través de diferentes
alternativas, sustentadas en estrategias de precios, donde una consideración
importante sea la relación precio – valor (Alcántara
y Longa, 2003)
Adicionalmente, dado que se ha venido posicionando por
sus atractivos naturales, un turismo a explotar es el de naturaleza
(Agroturismo, ecoturismo, rural) y el de aventura, por esta razón debe
encaminarse a la consolidación competitiva de estos nichos, bajo parámetros de
sustentabilidad.
En la búsqueda de estrategias competitivas para el sector
turismo surgen los clusters como alternativa
para el desarrollo regional.
En conclusión para lanzar a Venezuela como un destino
turístico competitivo, se debe valorar integralmente las oportunidades, las
fortalezas las debilidades ciertas, incluyendo la posibilidad para desarrollar
las empresas de soporte o relacionadas, generando un espacio geográfico
atractivo a empresas de soporte reconocidas internacionalmente. Los modelos
planteados pueden ser de gran ayuda para la evaluación de la competitividad
desde la óptica cualitativa, pero es necesario apoyarse en métodos de
evaluación cuantitativa.
Venezuela cuenta con fortalezas para incentivar el
turismo regional, entre ellos la cercanía de los destinos, disminución de los
costos de viaje, tratados de cooperación entre los gobiernos, la posibilidad de
establecer alianzas estratégicas, alternativa de unificar criterios que
faciliten las entradas a los países y la oportunidad de crear rutas turísticas
de interés común entre países.
Venezuela deben realizar un esfuerzo hacia la competitividad
en el sector turismo, dadas sus potencialidades el logro una responsabilidad
compartida por todos los integrantes del sistema turístico. Finalizamos con Briceño Fortique (2000): “Para hacer turismo
hay que soñar, hay que figurarse los destinos. Pues soñemos lo que queremos para
que ese destino que tenemos por delante, Venezuela, responda a todas las
cuestiones e incertidumbres que depara el futuro….Utilizaremos el presente como
la plataforma de lanzamiento de la nave del futuro. Así, este es un proyecto de
futuro, y sin querer sustituir a la Florencia de Leonardo ni a la Nantes de
Julio Verne hemos querido imaginarnos el futuro y dibujarlo”.
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