La
gente que sabe viajar ha estado organizando viajes para los demás durante
siglos, pero Thomas Cook es quien tiene la reputación de ser el primer agente
de viajes profesional.
En
1845 Cook consiguió dedicarse exclusivamente a organizar excursiones. Debido a
que la comisión del cinco por ciento que recibía del Midland Counties Railroad
no era suficiente para mantener el negocio solvente, se convirtió en tour
operador y posteriormente también vendió viajes al por menor.
Habiéndose
dedicado a organizar viajes lo más prácticos e interesantes posible, hizo
imprimir un libro a modo de guía para los que realizaron un viaje de Leicester
a Liverpool en 1845. Poco después presentó a la venta unos cupones que se
podían utilizar para pagar los gastos de hotel. En 1846 llevó a 350 personas en
vapor y tren en un viaje por Escocia y se confeccionó una guía, la primera en
su clase, especialmente preparada para ese viaje.
Más
tarde trasladó sus oficinas a Londres. Cook empezó a idear todo tipo de viajes
imaginativos para llevar a la gente de un lado a otro. Pronto estuvo
organizando «grandes viajes alrededor de Europa» con itinerarios que incluían
hasta cuatro países.
Ayudó
a popularizar Suiza como centro turístico llevando a un grupo a través del país
en 1863. Poco después de la guerra civil estadounidense, su hijo John M. Cook
viajó con un grupo a Estados Unidos visitando Nueva York, Washington D.C. y
algunos de los campos de batalla de la guerra.
En
1872 consiguió, por primera vez, realizar otro tipo de viaje: la vuelta al
mundo. Se dijo que el viaje inspiró a Julio Verne a escribir su Viaje alrededor del mundo en ochenta días.
El grupo de diez miembros circunvaló el globo en 222 días. Actualmente, el
mismo viaje se puede realizar en un fin de semana. Las impresiones de Cook
fueron recogidas en unas meditadas cartas al Times londinense.
En
1884 John Cook organizó el transporte de toda la Fuerza Expedicionaria Británica
de 18 mil hombres remontando el Nilo intentando socorrer al general Charles
George Gordon en Jartum. Como muchos viajes, el viaje de socorro llegó tarde;
el general Gordon ya había sido asesinado y Jartum había caído.
John
se convirtió en director de la firma en 1878, Organizó viajes al parque
Yellowstone poco después de que se abriera. En 1875 Cook preparó viajes por
Noruega. En colaboración con la empresa de vapores P & O, se pusieron de
moda los viajes a la India. Desde su llegada a Bombay, el viajero era guiado
hasta unos espaciosos compartimientos en los trenes indios y se le servían
comidas exquisitas mientras seguían la ruta para visitar el Taj Mahal. El
viajero de Cook podía visitar el Himalaya, el Everest o viajar a Cachemira.
En
la década de 1890 los Cook promovieron viajes pioneros atravesando Europa hacia
Asia con el Ferrocarril Transiberiano. Perseguían la dificulta: en 1890 un
viaje a Jerusalén requería guardias armados, mulas, caballos, cocineros,
tiendas y una gran capacidad de regateo con los jeques y pachás locales para
que permitiesen viajar a través de sus dominios. Cook o alguno de sus hijos organizaba los viajes.
Durante la segunda mitad del siglo XIX, la frase «los viajes de Cook»
correspondía a un viaje en grupo acompañado, la mayor parte de las veces por el
mismo Thomas o uno de sus hijos. Aunque al final de su vida Thomas se quedó
ciego, los demás miembros de su familia siguieron con el negocio.
Desde los días de los Cook, las agencias
de viajes han
proliferado en todo el mundo facilitando
a sus clientes,
entre otras funciones, la visita guiada a
los más
variados lugares.
|
La
empresa de Cook obtuvo tanto éxito debido en parte a que él logró que los
viajes fuesen cómodos y relativamente simples. Otra razón fue el entusiasmo que
el padre sentía por ellos, como aventura educativa, no tan sólo para la clase
alta, que tenía su propia forma de viajar costosa, sino para cualquiera que
pudiese pagar los asequibles precios confeccionados por Cook. Se le puede
considerar como el primero que hizo posible viajar por el mundo a la clase
media.
Los
Cook tenían muy en cuenta la elasticidad de la demanda de los viajes. Si el
precio del viaje se reducía, mucha más gente iba a viajar. Cuanta más gente
viajase en un medio concreto de transporte, más posible era que el precio de
ese medio fuese más barato. Alquilando trenes y vapores enteros y reservando
grandes contingentes de habitaciones, Cook pudo reducir los gastos de viaje de
forma considerable. Los gastos de hacer funcionar un tren, un vapor o un avión
que está ocupado al máximo son sólo un poco mayores que haciendo funcionar uno
que esté ocupado sólo un 25 por ciento, y el precio por asiento cuando están
ocupados al cien por cien es sustancialmente menor.
Mucha
gente, entre ellos Mark Twain, fueron entusiastas de los viajes en grupo y se
sentían como si viajaran con un grupo de amigos. Pero desde el principio esos
viajes tuvieron su buena ración de comentarios sarcásticos. Un esnob del siglo
XIX solía decir:
«Parece ser que un hombre
emprendedor y sin escrúpulos ha ideado el proyecto de conducir unas cuarenta o
cincuenta personas de Londres a Nápoles y de vuelta a casa por una suma
estipulada [refiriéndose a Thomas Cook]. Él se encarga de llevarlos, alimentarlos,
alojarlos y divertirlos. Los ves, cuarenta en total, trotando en manda por la
calle con un director (oral al frente, oral al final) agrupándolos en círculo como
un perro con el rebaño. Europa es a sus ojos un gran espectáculo, como un
objeto valioso que se expusiera en el Covent Garden, y ellos tuvieran que criticar la actuación y reírse
de los actores a su voluntad.
Cuando los extranjeros me
preguntaron por vez primera qué podía significar esa extraña invasión, procuré
dejar de lado las inmensas ganas de criticarlos y les dije que las colonias
australianas habían causado tantos líos últimamente con eso de crearles centros
penitenciarios, que habíamos adoptado el barato recurso de enviar al extranjero
a nuestros delincuentes, aparentemente como turistas. Los bribones, tras unas
pocas semanas, se separarían en varias direcciones según se lo sugiriesen sus
preferencias o inclinaciones. Entonces, ese hombrecillo calvo que estaba tan
nervioso y se había tomado tanto trabajo con ellos volvería a Inglaterra».
Los
Cook eran muy sensibles a la crítica, pero seguían con su negocio mejorando,
promocionando y siguiendo su propia inventiva. Durante un viaje por Italia, en
Semana Santa, el hotel reservado en Roma denegó las reservas del grupo de
cincuenta personas de Cook. Éste alquiló rápidamente el palacio de un príncipe
durante diez días por 2 500 dólares, y organizó las comidas en los restaurantes
vecinos. El viaje produjo un déficit que llevó a los viajeros a pagar una contribución
voluntaria que llegó a mil dólares, probablemente la primera y la última de ese
tipo de contribuciones. En un viaje a Nueva York, John, siempre improvisando,
alquiló un carro para transportar hasta el hotel su equipaje y el de su grupo
en un punto determinado de la costa.
Los
Cook fueron los pioneros de los llamados viajes combinados (una compañía en conexión
con un cierto número de empresas relacionadas con los viajes), antes de que el
término fuese acuñado. Antes de 1875 la compañía había adquirido el ferrocarril
que asciende al Vesubio en el sur de Italia. Posteriormente, los Cook
adquirieron el derecho exclusivo de llevar el correo, así como a los viajeros
especiales y funcionarios del gobierno, entre Assiont y Assonan en el Nilo. La compañía
dirigía también barcos y un servicio de reparación de ellos en Egipto.
A
la muerte de Thomas Cook a los 83 años, en 1893, la propiedad y dirección de la
firma pasó a sus tres hijos. En ese momento, el negocio había crecido hasta
incluir tres secciones: el turismo, la banca y los barcos.
Los
modernos viajes alrededor del mundo se iniciaron con un transatlántico Cunard
Fletado por Cook en 1923. En 1927 la empresa organizó un vuelo especial de
Nueva York a Chicago para los aficionados que asistían a la lucha por el premio
del campeonato mundial entre Dempsey y Tunney. Las casetas para comer fueron
proporcionadas por Louis Sherry, el proveedor de moda de Nueva York. En 1931,
Thos. Cook e Hijo se funcionaron con la empresa de Wagon-Lits, encargados de
los coches-cama y trenes expresos en Europa, y con una gran agencia de viajes.
Los
Cook siguieron haciendo todo lo posible para facilitar el viaje a sus clientes.
Los agentes de Cook a menudo iban a encuentro de los aviones en autos;
aguardaban al pasajero en la entrada de la aduana para conducirle rápidamente a
la recepción de un hotel sin pérdida de tiempo, o a cualquier otro lugar al que
el viajero quisiera ir. Los precios con todo incluido hicieron que las
vacaciones resultasen más fáciles de planear para a gente y que pudiesen tener
en cuenta su tiempo y su dinero para los viajes.
Al
término de la Segunda Guerra Mundial, el gobierno británico compró un gran
número de acciones de los Thos. Cook e Hijo y la política a seguir la dirigió el
gobierno británico a través de la compañía de transporte. En 1972 el gobierno británico
vendió la empresa por 858,5 millones de dólares. La Trust House Forte, la mayor
empresa hotelera inglesa, y el Automóvil Club de Gran Bretaña (AA) son parte
del consorcio propietario. La compañía tiene más de 625 oficinas y diez mil
empleados por todo el mundo, y está compuesta por cinco secciones relativamente
independientes y considerada como la mayor en su tipo, con múltiples intereses
aparte de la venta de viajes.
Thomas Cook Airlines |
No hay comentarios:
Publicar un comentario