Aspectos Generales del Estado Sucre

«EL ESTADO SUCRE: BONDADES TURÍSTICAS»

El Estado Sucre es uno de los veintitrés (23) estados que pertenecen la República Bolivariana de Venezuela, con características geohistóricas, sociopolíticas, culturales y comunicacionales que hacen a el estado se catalogado como sitio estratégico para el desarrollo regional y nacional. Es uno de los estados con mayor diversidad de flora y fauna en todo el territorio nacional, dispone de una extensa gama de sitios turísticos extendidos por los 15 municipios que componen el estado, los cuales poseen una diversidad de paisajes como playas, ríos, montañas, aguas termales, entre otros.

En resumen, el estado Sucre posee el potencial para el desarrollo del sector turismo, debido a las riquezas naturales, su diversidad de parajes, playas, montañas, ríos, parques nacionales, rutas históricas y un legado cultural que  le hace perfecto para explotar la el turismo y actividad conexas a través de la inversión sostenida que convierta a éste sector  y para invertir en el turismo y convertirlo en la principal fuente económica de Sucre.

Generalidades del estado Sucre

Se trata de la región de tierra firme situada más al norte de la América del Sur, lo cual le confiere condiciones geoestratégicas propicias para la potenciación de  un desarrollo integral, endógeno y auto sostenible, que beneficie la calidad de vida de sus habitantes.

Según la Dirección de Turismo del Estado Sucre (2009) El estado Sucre está ubicado en el extremo noreste del país. El extremo más al occidente del estado es un punto situado en el cerro La Soledad, en los límites con el estado Anzoátegui, y se halla a 10° 04' latitud 1 norte. El extremo más septentrional es el cabo Tres Puntas, a 10° 45' latitud Norte. El punto más occidental está donde limita Sucre y Anzoátegui en el Mar Caribe, a 64° 36' de longitud Oeste de Greenwich; y el punto más oriental es Punta Peñas, frente a Trinidad, que es la avanzada del territorio que casi toca Trinidad, en el islote de Chacachacare, a 61° 50' de longitud al Oeste de Greenwich.

La superficie del estado Sucre ocupa un área aproximada de 11.800 kilómetros cuadrados de pura naturaleza. Su Temperatura media, oscila entre los 24° C y los 27° C. Es más elevada en poblaciones como Araya, por la escasa vegetación presente en la zona. Posee costas Marinas que representan  aproximadamente 705 kilómetros. Aunado a lo anterior, el Estado tiene diversidad fluvial de aproximadamente 60 kilómetros.

A pesar que el estado Sucre se caracteriza por notables gracias a sus dimensiones, su relieve de montañas y ríos, las bellezas naturales y la fauna que encierra, son las costas marinas su principal atractivo. Estas costas bordean dos penínsulas; la de Araya, con sus minas de sal, su tierra agreste y las ruinas del fuerte colonial más imponente del Caribe en su época; con una punta que mira al oeste, Punta Araya, y la otra, de Paria, con su virginal parque nacional y el pueblo de Macuro, donde arribó Colón en su tercer viaje; y Punta Peñas, que mira al Este y casi toca la isla de Trinidad, una vez territorio venezolano. Las costas al sur de la Península de Araya bordean el Golfo de Cariaco, cuyas aguas bañan también las riberas de la ciudad capital, Cumaná. La Península de Paria encierra el parque nacional del mismo nombre. El perímetro del conjunto de las dos penínsulas es de 670 Km, y la longitud del litoral entre las dos puntas occidental y oriental, es decir, entre Punta Arenas, en Araya y Punta Peñas, en Paria, es de 300 Km.

Al penetrar al interior del estado, llama la atención la imponente Cordillera de la Costa, con extensos y fértiles valles. Su pico más elevado es La Tristeza de 2.630 m.s.n.m. y el Turímíquíre, con 2.595 m.s.n.m. El sistema fluvial es abundante, sobre todo hacia la zona oriental, donde se destaca el famoso río Manzanares y, haciendo la divisoria con el estado Monagas, se encuentra el formidable rio San Juan, en tanto que drenando sus aguas hacia  Anzoátegui se ubica el no menos conocido rio Neverí.

Desde cualquier perspectiva que se le enfoque, el estado Sucre transciende límites territoriales para ofrecer a los visitantes, además de su historia y cultura, sus maravillas, constatadas por Alejandro Humboldt, para quien la Provincia de Cumaná y la propia ciudad fueron en lo territorial y humano, propicios para enriquecer sus investigaciones respecto al nuevo mundo.

En visión retrospectiva, con énfasis en los antecedentes socio-históricos, se asienta que Sucre fue por milenios tierra de aborígenes, quienes lograron desarrollar una diversa y extensa cultura con formas y modos de vidas propios, al comienzo de carácter nómada (caza, pesca y recolección) y posteriormente con el desarrollo de tecnologías agro alfareras y domesticación de animales, lo que origino su sedentarización. Es de hacer notar que las poblaciones indígenas ancestrales poseían culturas distintas cada una de ellas, enmarcada en filiaciones lingüísticas particulares como caribes, arahuaca y otras. En cuanto a las lenguas indígenas, existentes en el pasado y en la actualidad, algunos dialectos y  lenguas con desarrollo propio, y con todas sus características fonéticas, fonológicas y gramaticales pertinentes. Es común escuchar términos como guaiqueries, chaimas, coacas, waraos, pariagotos, cumanagotos, entre otros, para denominar estas poblaciones que a través del tiempo han manifestado hasta hoy una tenaz resistencia cultural para la continuidad de sus expresiones y formas de vida.

Estudios arqueológicos efectuados en el estado Sucre, donde se ha recolectado un gran legado cultural material de los pueblos originarios, revela que estos territorios fueron poblados en sucesivas etapas del tiempo por diversos grupos humanos, quienes encontraros los recursos indispensables y abundantes para su asentamiento. A lo largo de todo el territorio sucrense abundan yacimientos arqueológicos con testimonios que constatan el crecimiento demográfico y tecnológico indígena, así como los distintos modos de vida étnicos. Entre estos testimonios se puede señalar los utensilios de trabajo, de cocina, objetos decorativos corporales, restos alimenticios, enterramientos humanos, entre otros. También se encuentran muestras de la cerámica prehispánica que logro un amplio desarrollo, tanto en lo utilitario y funcional como en lo simbólico. La presencia de esta cerámica da indicios de migraciones por el territorio continental e insular, así como da cuenta de organización social y económica, junto a los elemento de carácter mágico religioso de gran profundidad y complejidad. Esta cerámica prehispánica penetro el territorio con la llegada de grupos étnico del área del Orinoco, portadores de conocimientos tecno alfareros denominados barrancoides y saladoides, quienes entraron en contacto inter-étnicos con los recolectores - pescadores sucrenses, para afrontar una tecnología cerámica denominada saladoide costero.