Tipos de Viajeros

Stanley C. Plog, un investigador del comportamiento, ha dividido a los viajeros en clasificaciones como «psicocéntricos» y «alocéntricos» que pueden ayudar a explicar por qué tantos destinos cambian de características en el espacio de un verano.

Plog utiliza el adjetivo «alocéntricos» para describir a las personas que son muy curiosas, que disfrutan con el estímulo y el cambio. Cuando investigó para las compañías aéreas y otros interesados en saber por qué ciertas personas no volaban en avión, Plog descubrió que algunas personas poseen una ansiedad vaga y generalizada que provoca esa amenaza desconocida. Para ellas, los pequeños problemas son grandes, están inhibidas y no desean ninguna aventura. Plog las denominó personas «psicocéntricas» o que ellas mismas forman el centro de sus pensamientos.

Los alocéntricos es más probable que vuelen y no que conduzcan. En su destino quieren explorar, descubrir, probablemente alquilarán un auto y viajarán ellos solos. Los viajes organizados, por otro lado, son para los que tienen inclinaciones psicocéntricas. Los alocéntricos tienen a aceptar los desafíos, a encontrarse con los residentes, a probar la comida y la bebida, a buscar nuevas experiencias. Irán a China o Nepal, mientras que los psicocéntricos preferirán un parque estatal próximo.

Alocéntricos

Psicocéntricos

     Posteriores investigaciones revelaron otra dimensión: el nivel de energía. Los alocéntricos de alta energía son los que hacen auto-stop, los ciclistas, los conductores. Los de baja energía siguen siendo curiosos y aventureros, pero renuncian a los medios más agotadores. Una semana en el festival de Edimburgo o un viaje en grupo por Russia sería lo más adecuado para ellos. Los psicocéntricos de baja energía harán un viaje por Europa, que esté completamente organizado. En un determinado sitio turístico, el alocéntrico juega al tenis, el psicocéntrico, al golf, utilizando un carrito. El alocéntrico se aburre en un sitio donde la playa sea la única atracción posible.

Una zona de destino, al pasar a estar más comercializada, va perdiendo sus cualidades particulares, esas que atraían a los alocéntricos. Se convierte en algo más mundano, atrayendo a los menos aventureros. De acuerdo con Plog, las distancias y las diferentes culturales entre los caribeños y los estadounidenses hacen que, con toda seguridad, haya zonas del Caribe a las que les quede un largo camino que recorrer antes de aproximarse al estado psicocéntrico de Miami Beach. Sin embargo, hay zonas de Puerto Rico que están ya archiconocidas por los neoyorquinos con experiencia al viajar. Al hacerse más fáciles y relativamente más económicos los viajes, el Caribe puede no atraer ya a los alocéntricos, pero habrá conseguido la gran masa de viajeros clasificados como «semicéntricos». Éstos son los que están entre los extremos, en realidad ni aventureros ni temerosos de viajar, el tipo de gente que constituye la gran mayoría de la población.

Plog cree que el Caribe  ahora atrae a las personas semicéntricas. Los alocéntricos están buscando sitios exóticos como el Pacífico Sur, África y Oriente. Los que prefieren no salir al extranjero van a Cabo Cod o a un parque nacional o estatal cercano. Si son más aventureros, pueden ir a Honolulú, al Caribe, a Europa o a México.

La relación que marca Plog entre los destinos de los viajes y los tipos de personalidad es, no obstante, una hipótesis valiosa que están abierta al análisis y a la comprobación. Por ejemplo, los integrantes de un viaje organizado a Oriente podrían reunir distintos grupos psicográficos, algunos de los cuales no serán alocéntricos como los que se apuntan en el diagrama. El viaje puede estar muy organizado, viajando en aviones en primera clase o en barco; aun en el caso de que el viaje llegase a sitios tan exóticos como Bangkok, Bali o Fiji, la seguridad y la organización que proporcionan ese viaje puede atraer tanto a semicéntricos como alocéntricos.